Un gran lugar para crecer

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Alejandra Quilaqueo: “Siempre sentí orgullo de ser mapuche, de mis raíces, mi cultura, de mi sangre y de mi pueblo”

Nuestro amigo Juan Carlos Manqueo, conocido en la comuna como “Juankonceh” nos presentó a Alejandra Quilaqueo, una joven mujer, mapuche y madre que quiso compartir con “Lanco, un gran lugar para crecer” su testimonio y visión sobre su infancia y juventud. Es así como a través de diferentes voces y testimonios vamos tejiendo redes en nuestra hermosa comunidad lanquina.

Soy mujer, mapuche y madre. Llegué a vivir a la comuna de Lanco a los catorce años. Venía del campo y fue ahí, entre los animales y la naturaleza, donde aprendí a conectarme y a amar la Madre Tierra. Escuchar el cantar de los pájaros, ver empollar a las gallinas y asombrarme con las semillas que luego se transformaban en alimentos fueron momentos de mi niñez, de aprender sobre mi cultura y de vincularme de la forma más especial y profunda con los conocimientos de mis ancestros.

Fui muy feliz en mi infancia pero también recuerdo lo sacrificada que fue. Vivía en una zona rural y mi escuela quedaba muy lejos de mi casa. No había locomoción. El invierno era difícil, no teníamos cómo llegar al colegio y me acuerdo del frío, la lluvia y del barro. Sin embargo, todo se desvanecía, al llegar al hogar. Estar con mi familia, comer juntos y escucharnos era de los momentos que más anhelaba durante la jornada.

Desde niña, la conexión con mi familia y la naturaleza fueron esenciales para mí y eso es gracias a mi cultura. Siempre sentí orgullo de ser mapuche, de mis raíces, mi cultura, de mi sangre y mi pueblo. Para muchos, nosotros somos los marginales, los violentos, los indios. Aún hay personas que nos discriminan, se ríen de nuestros apellidos o de nuestras creencias, pero nosotros sabemos lo que somos y lo que valemos.

Hice mi vida en Lanco, sigo amando y respetando la naturaleza y los animales. Sigo dándole el mismo valor a la práctica de la conversación que mis ancestros, pues así es como he ido transmitiendo mis saberes a mis hijos. Les enseño todo lo que aprendí de pequeña. Canto con ellos las mismas melodías, preparamos comida, les relato cuentos, pero por sobre todo, y lo más importante para mí, es que ellos sientan, sepan y digan con orgullo: “Yo soy mapuche”.

Escultura de Aner Vásquez, artesano en fierro, reconocido a nivel nacional por su impresionante trabajo.